En una sociedad preferible, más higiénica, un tipo como Chema Figueroa no estaría en el ayuntamiento sino en otro lugar. En la politica de esa hipotética sociedad, no habría espacio para este personaje. Lo mismo sería aplicable al Partido Popular de Galicia, si éste deviniera en una formación saneada, de lo cual dista mucho.
Este espantajo lo que nunca conseguirá - aunque tampoco lo pretende, porque sabe que está fuera de sus posibilidades - es alcanzar un mínimo nivel ético ni estético, clase, decoro, que son cosas que se llevan dentro, independientemente y por encima de la procedencia social de cada uno.
A este destacado integrante de la peor chusma política actual le decimos lo siguiente: no busque manos ocultas ni extraños contubernios, ni se recoma sus perjudicadas meninges imaginando quienes están detrás de este revista, tampoco influencias externas, porque no hay nadie ni nada, sólo la persona que figura a pie de página como director y que es el responsable de todos los contenidos y contra quien debe dirigir Usted sus iras y cabreos, si los tiene, que creemos que sí. Pero no pretenda, como hizo algún amigo suyo, intentar comprar nuestro silencio, que no lo va a conseguir. No tiene Usted sobres suficientemente grandes ni en el Ayuntamiento, ni en la Diputación ni en su casa. Ni tampoco, por supuesto, categoría para que atendamos ninguna llamada suya.
La verdad, José Manuel Figueroa, Chema, o como quiera que se le llame, el solo hecho de escribir sobre su persona resulta bastante desagradable. Da no poca repugnancia.
Como también repugna - a nosotros y a muchísima gente - que un partido político como el PP tenga en su cúpula provincial a personas como Usted, de su ralea, de tan mínima categoría en todos los sentidos.
Saludos a sus subordinados Rafael Louzán y Corina Porro, otros que tal bailan, también al extinto Alfredo Rodríguez, su protegido. Y que bufe Usted mucho
Este espantajo lo que nunca conseguirá - aunque tampoco lo pretende, porque sabe que está fuera de sus posibilidades - es alcanzar un mínimo nivel ético ni estético, clase, decoro, que son cosas que se llevan dentro, independientemente y por encima de la procedencia social de cada uno.
A este destacado integrante de la peor chusma política actual le decimos lo siguiente: no busque manos ocultas ni extraños contubernios, ni se recoma sus perjudicadas meninges imaginando quienes están detrás de este revista, tampoco influencias externas, porque no hay nadie ni nada, sólo la persona que figura a pie de página como director y que es el responsable de todos los contenidos y contra quien debe dirigir Usted sus iras y cabreos, si los tiene, que creemos que sí. Pero no pretenda, como hizo algún amigo suyo, intentar comprar nuestro silencio, que no lo va a conseguir. No tiene Usted sobres suficientemente grandes ni en el Ayuntamiento, ni en la Diputación ni en su casa. Ni tampoco, por supuesto, categoría para que atendamos ninguna llamada suya.
La verdad, José Manuel Figueroa, Chema, o como quiera que se le llame, el solo hecho de escribir sobre su persona resulta bastante desagradable. Da no poca repugnancia.
Como también repugna - a nosotros y a muchísima gente - que un partido político como el PP tenga en su cúpula provincial a personas como Usted, de su ralea, de tan mínima categoría en todos los sentidos.
Saludos a sus subordinados Rafael Louzán y Corina Porro, otros que tal bailan, también al extinto Alfredo Rodríguez, su protegido. Y que bufe Usted mucho
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