Una paralización responsable
(Javier Montalvo, Profesor de ecología Universidad de Vigo)
(Javier Montalvo, Profesor de ecología Universidad de Vigo)
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La Xunta frenó en seco el PXOM de Vigo tras seis años de recorrido, dejando los intereses de los ciudadanos por encima de los beneficios millonarios del negocio inmobiliario. El Concello diseñaba un futuro insostenible y sin seguridad jurídica, por lo que negar su aprobación demuestra responsabilidad y es la mejor decisión posible. Es, además, el triunfo de la sociedad viguesa tras múltiples acciones en contra del documento, incluyendo recogida de firmas y millares de alegaciones.
Otro gran triunfo es el de la racionalidad técnica y la aplicación de los principios de desarrollo sostenible frente a la incompetencia profesional del equipo redactor. La decisión de la Xunta no tiene nada que ver con una medida política. Consultora Galega, empresa responsable de su elaboración, ha propiciado de forma contumaz un modelo de desarrollo urbanístico salvaje, procurando, probablemente, la degradación ambiental más extensa planificada por un municipio en España. El plan promueve mucho más suelo urbanizable del necesario, y este despropósito se acompaña de un crecimiento demográfico increíble que justifica que el número de viviendas se duplique.
Que otros juzguen si el Concello de Vigo practica la miopía institucional, la prevaricación técnica o simplemente niega la verdad. En todo caso, la autocrítica sincera y responsable está por venir. Es obvio que cualquier planeamiento debe estar sujeto a una ordenación territorial y de infraestructuras supramunicipal.
La Xunta frenó en seco el PXOM de Vigo tras seis años de recorrido, dejando los intereses de los ciudadanos por encima de los beneficios millonarios del negocio inmobiliario. El Concello diseñaba un futuro insostenible y sin seguridad jurídica, por lo que negar su aprobación demuestra responsabilidad y es la mejor decisión posible. Es, además, el triunfo de la sociedad viguesa tras múltiples acciones en contra del documento, incluyendo recogida de firmas y millares de alegaciones.
Otro gran triunfo es el de la racionalidad técnica y la aplicación de los principios de desarrollo sostenible frente a la incompetencia profesional del equipo redactor. La decisión de la Xunta no tiene nada que ver con una medida política. Consultora Galega, empresa responsable de su elaboración, ha propiciado de forma contumaz un modelo de desarrollo urbanístico salvaje, procurando, probablemente, la degradación ambiental más extensa planificada por un municipio en España. El plan promueve mucho más suelo urbanizable del necesario, y este despropósito se acompaña de un crecimiento demográfico increíble que justifica que el número de viviendas se duplique.
Que otros juzguen si el Concello de Vigo practica la miopía institucional, la prevaricación técnica o simplemente niega la verdad. En todo caso, la autocrítica sincera y responsable está por venir. Es obvio que cualquier planeamiento debe estar sujeto a una ordenación territorial y de infraestructuras supramunicipal.
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