mércores, 31 de agosto de 2011

A BULIR

Cando parecía que o pleno do Congreso, en metade da canícula de agosto, ía ser de trámite, Zapatero disparou con lume real contra o estado do benestar. A reforma constitucional, que fixará de forma inamovible na Carta magna o tope de déficit, se se cumpre, obrigará ás administracións a severos recortes das prestacións sociais.
Rajoy apoiou, nun xesto sen precedentes, esta reforma a bulir porque é un traballo sucio que lle quitan do medio e que lle custou máis dun enfrontamento cos presidentes autonómicos do seu partido, obrigados a partir de agora a apertarse o cinto de verdade.
Ante a peor crise económica que se recorda, e con catro millóns de parados, Rajoy negouse de forma sistemática, e cun obxectivo claramente electoral, a apoiar ningunha medida que supuxese un alivio fronte ao acoso dos mercados. Sorprendentemente, a un mes da convocatoria electoral, acepta consensuar nada menos que unha reforma constitucional esixida por Bruxelas e que, de momento, só existe na constitución alemá.
O obxectivo de déficit cero foi incumprido por todos os estados da UE. A partir de agora, cando se aprobe esta reforma exprés, España vai estar na cabeza de cola en canto a severidade normativa contra o déficit.
A penosa diferenza é que este país non é Alemaña. Aquí hai catro millóns de traballadores que perderon o seu emprego, ao redor dun millón de familias con todos os seus membros no paro. Miles e miles que se quedaron sen a súa vivenda por falta de pagamento da hipoteca. ¿Quen lles vai a axudar? Porque a crise vai para longo. Diga o que diga Rajoy de que vai arranxar España nun plís plas. Sen crecemento económico sostido non se crean postos de traballo e ese é o verdadeiro drama.
A cara de estupor dos deputados socialistas reflectiu ben ás claras que Zapatero pactará a medida previamente con Rajoy, pero que aos seus pilloulles por sorpresa.
O mesmo desconcerto manifestaron os representantes dos grupos minoritarios que reclamaron cambios constitucionais diversos nestes catro anos de lexislatura como quen clama no deserto.
Non hai certeza de que esta medida vaia frear en seco a desconfianza dos investidores internacionais sobre a débeda española pero, de cumprirse e debe facerse como con toda norma que fixe a Constitución, os duros recortes que se aveciñan serán aínda mais dolorosos.V.L.

1 comentario:

Anónimo dixo...

En mi opinión el PSOE ha introducido esta medida in extremis para conseguir que Trichet retirase bonos de deuda del mercado secundario, como hubiese el Banco de España si puediese imprimir euros. La alternativa era la imposibilidad de acudir al primario en las subastas y la solicitud del mal llamado rescate, eufemismo para eutanasia financiera. El PP también recibió información al respecto y no quieren coger el país en diciembre con el rescate como primera actuación. Alguien habrá pensado también que esto hundiría completamente el barco del PSOE, no muchos, porque su estrategia y pathos es otro, pero alguien se habrá dado cuenta.


La sentencia está echada: mayoría absoluta del PP, huída del voto del PSOE ante la aparente identidad de PP y PSOE ante el votante de izquierdas, tan analfabeto económicamente como el de derechas, pero menos práctico y menos dado a reemplazar su ignorancia con alguna forma de religión, en este caso económica. Pero muy amigo de hacerlo con utopías de cuatro trazos.


La deuda pública que está marcando nuestro futuro es en gran medida el ingrediente nuevo, el elemento modificado genéticamente que no existía antes en su forma actual -sí existía como causante de la desamortización de Mendizabal hace 180 años, por ejemplo; siempre ha sido una fuerza fundamental y desconocida en la historia- pero el no tener Banco Central propio la ha convertido en algo nuevo y terrorífico.


Pero el hecho es que la deuda pública es básicamente la deuda privada transferida al estado mediante la compra masiva de obligaciones por parte de este último a los bancos, cajas y empresas españolas igual que otro hecho es que el PP no es el PSOE. Igual que Cameron no es Gordon Brown. Pero nadie se da cuenta la que prepara el PP: conciertos masivos en la sanidad, que las CCAA preparan pero no se atreven a mencionar antes del 20 N, el cambio del sistema de pensiones -que llevará a emigrar a las pensiones privadas, grandes cabezas de lo que llamamos "inversores"-, cheque universitario que acabe salvo honrosas excepciones con las universidades públicas e impagos masivos de las administraciones a sus deudores menos institucionales (farmacias, personal laboral de la administración, asistencia a la tercera edad, centros de día, asociaciones culturales, etc). Pero los "indignados" tendrán toda la acera para ellos. Otros tendrán problemas para alimentar a sus hijos y no estarán de humor para ir a tocar el tambor u organizar juegos asamblearios ni florales en los parques.