luns, 8 de outubro de 2012

UN PARLAMENTO CHEO DE CORRUPTOS

José Oneto
Hai corrupcións e "corrupcións". Hai grandes corrupcións de millóns de euros que ás veces pasan desapercibidas nos medios, e "corrupcións" de centos de miles de euros, que provocan unha auténtica alarma social polas características especiais da mesma ou pola forma de levalas a cabo.
Na Comunidade Valenciana danse dos dous tipos e moitos máis, ata formar un auténtico catálogo que, polo momento, nunha auténtica marca, afecta a dez deputados do Partido Popular no Parlamento valenciano, imputados por distintos delitos relacionados co suborno, o tráfico de influencias, o financiamento ilegal do partido, a prevaricación, a falsidade de documentos, a malversación de caudais públicos, a fraude de subvencións oficiais, e ata, o lavado de diñeiro. Eses dez deputados autonómicos seguen ocupando sorprendentemente os seus escanos, polo seu número, o segundo grupo da Cámara aínda que seguen representando ao Partido Popular, algo realmente insólito en calquera país democrático e, iso si, foron liberados de responsabilidades políticas importantes dentro do seu grupo parlamentario.
Os dous últimos casos protagonizáronos o portavoz parlamentario Rafael Blasco, sete veces conselleiro do goberno valenciano con Joan Lerma, Eduardo Zaplana, Olivas e Camps, e a deputada e Alcaldesa de Alacante, Sonia Castedo, acusada de suborno, tráfico de influencias, malversación de caudais públicos e falsidade documental. E os dous foron protagonistas de dous escándalos económicos que teñen unhas características especiais: Blasco, conselleiro de Solidariedade e Igualdade, quedou con parte da axuda da cooperación a Guinea Ecuatorial e Haití, e Sonia Castedo, deixou o novo plan de Urbanismo de Alacante en mans do promotor e construtor Enrique Ortiz, propietario do Hércules Club de Fútbol.
O caso de Blasco é especialmente sanguento porque, segundo o auto xudicial a trama que el dirixía, chegou presuntamente a roubar diñeiro destinado a nenos e nenas vítimas de agresións sexuais ou a enfermos de Sida, en Guinea Ecuatorial, ou a damnificados en Haití tras o terremoto de 2010.
O diñeiro público chegaba á conta bancaria das ONG que debían xestionar a axuda a estes proxectos sociais e ao cabo duns días, saía desas contas transferido a algunhas das "empresas pantallas", utilizadas pola trama de Blasco e os seus socios.
No auto cóntase que a ONG Ceiba recibiu dos orzamentos de 2009 máis de 600.000 euros para dous proxectos en Malabo, un contra a "violencia sexual e explotación laboral do neno" e outro para a "redución do nivel do contaxio da sida", que días máis tarde apareceron en empresas da trama. En total, o 72% desa axuda destinada a eses proxectos sociais en Malabo foi desviada fraudulentamente, segundo a xuíza que leva o caso.
O auto xudicial tamén fai referencia a Haití, onde trasladouse o conselleiro Blasco para comprobar os danos do terremoto de 2010, para logo conceder unha subvención de 177.000 euros á Fundación Entre Pobos, co que desenvolver unha "consultoría técnica ao proxecto de construción dun Hospital en Belle Anse". Desa cantidade, a empresa privada Matuscas, S.L, parte da trama investigada, levou máis de 40.000. En 2011, o goberno valenciano destinou catro millóns de euros para construír un hospital en Haití. O concurso público, segundo o auto xudicial, foi manexado desde a Consellería de Solidariedade e Igualdade de maneira que recaese nas empresas da trama corrupta.
A estas alturas, o señor Blasco segue de deputado no Parlamento valenciano e a señora Castedo anunciou que seguirá sendo Alcaldesa de Alacante, porque ademais asegura, a ela ninguén lle pediu a dimisión.

3 comentarios:

DEMOCRACIA dixo...

Los medios de comunicación y los políticos desacreditados por ellos mismos.
No se puede expresar mejor. Ahora falta añadir los GRANDES medios y los GRANDES partidos, porque ellos y las personas que los dirigen han deseado jugar la misma partida que la GRAN banca. Todos se han comportado y comportan como obsesos y delirantes, todo por ampliar su cuota de poder y riqueza. Todo lo ven según su único punto de vista, sin tener en cuenta la tozuda realidad. Las excepciones de las personas que sí son capaces de ver la realidad y trabajar por una mejor dentro de esos monstruos, no son una tabla de salvación suficiente. Hay que girar, quizás suave, quizás muy meditadamente, pero hay que girar hacia los políticos que no se ven y de verdad lo son, hacía la sociedad que se manifiesta en público y en privado ante esta gran mentira y estafa continua que son los GRANDES medios de comunicación, GRANDES políticos y GRANDES banqueros.

UN VIGUES dixo...

No es cierto que la causa del descredito de los partídos políticos sea la continua descalificación que se realizan entre ellos. La descalificación puede ser una causa más de este descrédito, pero también puede ser una consecuencia...
Sólo hay que seguir un poco las noticias para ver que los partidos políticos mayoritarios están configurados como estructuras cerradas de poder en constante lucha, interna y externa, por ganar cuotas de poder. No priman las ideas, prima el control.
Que es antidemocrático pensar así? Lo realmente antidemocrático es retrasar una decisión importante para el estado como el rescate por intereses electorales en Galicia. Lo realmente antidemocrático es incumplir el programa electoral y ni tan siquiera dar explicaciones, en una especie de todo vale pues ya tengo el poder. Lo realmente antidemocrático es apoyar al "compañero de filas" aunque mienta, malverse o despilfarre...
Al final son todo pruebas de que el único interés colectivo que conocen es el de su "grupo". Esto incluye la descalificación del "grupo rival" en un todo vale. Y los medios, en muchos casos, no dejan de ser más un brazo más o un medio más para acceder al poder.
Lo que sí coincido es en que no habrá solución hasta que haya un cambio claro en la estructura de los principales partidos políticos, un cambio en las leyes electorales y, por qué no decirlo, un cambio importante de conciencia democrática en la sociedad. Un cambio que comporte que los políticos no entiendan que están al servicio de la ciudadanía, que su valor más importante es la integridad, y que la palabra dimisión debería estar ligada a una duda razonable sobre su gestión y no, como actualmente, que no los sacas de su poltrona ni con agua hirviendo. Un cambio que comporte que el ciudadano exija al político, eliminando justificaciones del tipo "... si yo también lo haría" o "... los otros también lo harían".
El problema es que los que tienen capacidad para liderar este cambio democrático son los que menos interés tienen por realizarlo: los políticos actuales!
Y si salen ciudadanos para reclamar estos cambios ya se encargan los medios afines de calificarlos como perroflautas, antisistemas o algún apodo similar.

Anónimo dixo...

Vivimos con la impresión que los partidos políticos viven sumergidos en su propia irrealidad, una impresión que se va corroborando conforme estos partidos se van enfrentando a los desafíos de la sociedad: resulta que no tienen respuesta o ni saben,o ni contestan que tanto se prodiga ahora. Si, además, profundizamos en algunos "currículums, méritos y trayectorias" nos podemos atragantar. Hay ejemplos de muchos de nuestros protagonistas de las listas cerradas que sorprenden cuando no espantan. Desde luego puede ser útil un "empollón", con un brillantísimo historial universitario si, además, le agrega a todo ello alguna experiencia profesional. También la aportación de profesionales o trabajadores aún sin títulos universitarios, pero con las experiencias necesarias para saber discernir lo que puede convenir a la ciudadanía. Pero las filas de nuestros partidos se nutren de una "mayoría silenciosa" (en sus respectivos parlamentos) que nada aportan, cobran lo que les mandan . Ejemplos de trepas los hay en casi todos los partidos políticos de este país. Empezaron como jóvenes desenvueltos en su correpondientes "juventudes de partido", escalaron, por fieles, a alguna concejalía, después los incluyeron en las listas y, en muchos casos, salieron elegidos para nutrir la amplia lista de mudos de nuestros Parlamentos. Otros, incluso, ocupan notorios puestos en muchas de nuestras grandes empresas, todo ello si haber pegado un palo al agua en toda su vida. ¿Le extraña a alguien el cabreo y desapego generalizado de la ciudadanía hacia los partidos?.